Arquitectura Naval

Arquitectura Naval

martes, 25 de enero de 2022

Cómo nace un buque: el astillero y la grada


Reproducción de un astillero del siglo XVIII fotografiada en una muestra de modelismo naval en Saint-Malo. Resulta evidente la disposición de todas las estructuras necesarias para la construcción de un buque de línea.

Antes de iniciar la construcción de un buque, era necesario elegir el terreno adecuado donde instalar los materiales de construcción. Este lugar era el astillero propiamente dicho, mientras que con el término "escoras y picaderos" se designaban los elementos de carpintería necesarios para sostener la quilla y, a medida que avanzaba la construcción, todo el volumen del buque. Por extensión, el termino "astillero" pasó a designarse el conjunto de instalaciones necesarias para cualquier construcción, y no solamente para la construcción naval.

El astillero

El terreno elegido para la instalación debía estar cerca del agua y ser suficientemente compacto y sólido para sostener el peso de toda la construcción. Si se sospechaba que la superficie podía ceder,  se excavaba una fosa de entre 10 y 13 metros de ancho; su longitud debía ser un 15% superior a la del buque que se iba a construir. en el fondo de la fosa, se colocaban transversalmente, uno al lado del otro, troncos de roble. Encima de estos se situaban, en perpendicular, unas planchas, que formaban una base sólida donde se apoyaban los soportes necesarios para el astillero. A continuación, se disponían los picaderos, pilas de madera dispuestas de manera que seguían con precisión el perfil de la quilla (ver Imagen 10). Si se estimaba que el terreno elegido era suficientemente sólido, se colocaban directamente las escoras (puntales para soportar las cuadernas en su posición) niveladas para obtener la inclinación necesaria en la botadura y para que también facilitara el trabajo de los artesanos (ver fotografía superior).
El lugar de construcción se orientaba preferiblemente de norte a sur, para que los rayos de sol iluminaran todos los flancos del buque. Se adoptaba este método para evitar que la madera utilizada en la construcción se secara de manera desigual, provocando deformaciones en la estructura y, consecuentemente, asimetrías en los bordes del casco, la denominada torsión, que sin duda perjudicaría el éxito de la construcción. 
También había astilleros hechos de albañilería (ver Imagen 11), más resistentes a las inclemencias, pero con un coste de construcción más elevado.


Imagen 10


Imagen 11

La grada

Los terrenos de los astilleros presentaban una rampa con inclinación de aproximadamente cinco grados, indispensables para la botadura.
Era necesario definir la quilla según el ángulo deseado y, para facilitar el trabajo de los carpinteros navales, era imprescindible colocarla a una determinada altura, en relación con el fondo de la estructura. La inclinación necesaria se obtenía con los picaderos que, en su conjunto, componían la grada.
Los picaderos se formaban con pilas de madera dispuestas en escalones. La longitud de las cuñas variaba según la altura de estas pilas de madera; las cuñas superiores, en contacto con la quilla, medían entre 100 y 130 centímetros y se modelaban para permitir variaciones en la altura, en función del área de contacto (ver Dibujo III). Los travesaños de la base de los picaderos se apoyaban unos en otros y se mantenían juntos mediante una especie de "grapas" metálicas de grandes dimensiones, que se pueden ver en el Dibujo III (abajo), o con una serie de travesaños dispuestos en V, invertidos y reforzados con barras verticales. Estos elementos de fijación y refuerzo eran designados como "celosías".
La altura de los picaderos se calculaba de manera que garantizara que la quilla tuviese una inclinación de cinco grados y fuera colocada aproximadamente a 60 centímetros del fondo de la fosa o de la base del terreno.
En el caso de una grada de albañilería, se efectuaba la inclinación después, en la fase de su construcción, determinando la altura de la fosa, a fin de conceder la comodidad necesaria para el trabajo de los carpinteros navales. La primera operación para la implementación del astillero consistía en la colocación de los picaderos destinados a apoyar la popa (estructura puesta en la parte trasera de la quilla); a continuación, se disponían los demás picaderos a una distancia de entre 190 y 230 centímetros. Por último, la parte situada debajo del extremo de la proa de la quilla estaba formada por una pila de planchas de madera cuadrangulares dispuestas en capas cruzadas.

lunes, 24 de enero de 2022

Secciones principales del buque y líneas de flotación


Sección de una fragata del siglo XVIII con las subdivisiones internas. Modelo expuesto en el Museo Naval de Imperia.

Más allá de las diferencias existentes entre las dimensiones, las tipologías a las que pertenecían y el momento y el lugar de construcción, todos los buques de guerra construidos entre mediados del siglo XVIII y principios del XIX presentan características comunes. sobre todo, si analizamos el casco, es posible reconocer algunas secciones que son típicas de este periodo de construcción naval. La Imagen 7 representa un ejemplo de un buque de guerra de esa época: es un pequeño galeón inglés de mediados del siglo XVII, cortado longitudinalmente para que puedan apreciarse las subdivisiones de los espacios internos, con la respectiva identificación de algunas de las secciones principales.


Imagen 7

Flotación y calado

Para comprender la relación entre las líneas del casco y los espacios del buque, las Imágenes 8 y 9 (ver también la Imagen 6) revelan las medidas principales del casco, haciendo hincapié en la flotación (la capacidad de la embarcación de permanecer parcialmente sumergida y mantener la otra parte por encima de la superficie del agua).
Esta capacidad es, obviamente, un parámetro fundamental para un buque y debe ser calculada por el constructor para definir las condiciones de flotación en cualquier circunstancia, independientemente de la fuerza del viento y del mar. en relación con este factor, el dibujo superior de la Imagen 8 muestra la inclinación máxima de un buque con viento lateral, que debe ser fijada de manera que no entre agua por las troneras de los cañones aunque la nave lleve la carga máxima. Las otras líneas de agua corresponden a los diversos niveles de inmersión del buque con distintas cargas. La parte inferior de la Imagen 8 muestra la sección trasversal en el punto de anchura máxima (en correspondencia con la cuaderna maestra, el elemento estructural transversal de mayor amplitud); destaca la manera en que la línea de flotación y la línea superior del puente quedan más próximas. También la profundidad del calado (la parte sumergida del casco) ayuda a comprender algunas particularidades de las líneas del casco de un buque. En las líneas representadas en la Imagen 9, se observa que la distancia del calado a la popa (calado máximo) es superior a la del calado a la proa (calado mínimo). Esta diferencia se debe al hecho de que la quilla no es equidistante a la línea de flotación, sino que está ligeramente inclinada, de modo que confiere al buque una estructura apoyada en la popa. Esta característica puede ser visible o no ser visible, dependiendo del tipo de embarcación.


Imagen 8


Imagen 9


Imagen 6